Comenzamos estas palabras de Homenaje a mi padre, no porque no corresponda escribirlas en referencia a quienes lo precedieron en vida, es decir los fundadores del Estudio, su padre, Emilio y su tío, Ernesto, como también su hermano mayor, Mario. Sucede que todos ellos por una cuestión natural de nuestras vidas terrenales, han dejado de existir físicamente con anterioridad a mi padre, quien fuera el último en dejar este mundo de todas las personalidades que integraron el Estudio. Pero también ha sido él quien más ha actuado, quien más influencia y quien más actividad política ha tenido y desarrollado en vida. Es por ello que el último en dejarnos ocupa el lugar más reciente en el orden de desapariciones físicas y su recuerdo y presencia espiritual aún hoy es muy fuerte como lo es su imborrable recuerdo.
Resulta casi imposible o, -cuanto menos- altamente dificultoso, poder escindir en estas palabras el plano estrictamente objetivo de la valoración subjetiva que nos merece la figura, legado y ejemplo de mi padre, Asesor y Consultor más importante con que contara el Estudio, el recientemente fallecido el día 29 de diciembre de 2006, Dr. Alberto Ernesto Biagosch.
Ha dejado de existir físicamente ese día y ha partido llamado por el Todo poderoso Padre de los Cielos para ser acogido en su seno por toda la eternidad, donde como cristianos esperamos algún día reencontrarnos con él y seguir recibiendo sus enseñanzas, ejemplo, cariño y entrañable amor de hijo, hermano, marido, padre, tío y abuelo ejemplar, además de gran amigo preocupado por su Patria, por sus compatriotas y por el prójimo en general.[1]
No obstante ello, es en el plano esencialmente objetivo donde habremos de referirnos a nuestro homenajeado efectuando una somera descripción y análisis de sus ideas y pensamiento jurídico, de su trayectoria, legado, obra y destacada actuación política en defensa de los Altos Intereses Nacionales de su querido País, del bien común de sus compatriotas, es decir del bienestar general del que nos habla el Preámbulo de la Constitución Nacional.
No es una simple tarea alcanzar a abarcar toda su obra y legado jurídico político porque muy amplia fue su trayectoria como Funcionario Público y muy vasta su obra y legado a su País como verdadero estadista comprometido y defensor de los Altos Intereses Nacionales.[2]
Por ello, para comenzar estas líneas de merecido homenaje en la que nos referiremos y trataremos de analizar solo algunos de los aspectos más relevantes de su vida pública, vamos a invocar su recuerdo y memoria para parafrasear a José Hernández en dos de las estrofas del sabio Martín Fierro -que él tanto analizara, conociera y enseñara a sus hijos- cuando dice:
Pido a los santos de Cielo
que ayuden mi pensamiento:
les pido en este momento
que voy a contar su historia
me refresquen la memoria
Vengan santos milagrosos,
Vengan todos en mi ayuda,
Que la lengua se me añuda
Y se me turba la vista;
Pido a mi Dios que me asista
En una ocasión tan ruda.
Su esencia de político, de zoom politikòn aristotélico, trasciende su condición de hombre de derecho, de dirigente político peronista que en vida fue, para convertirlo en un referente y ejemplo de político argentino que directa e indirectamente, -sin estridencias sino más bien manteniendo siempre un perfil bajo y prudente- ha gravitado en la historia política de nuestro país de los últimos cuarenta años y lograr -sin buscarlo ni tan siquiera imaginarlo- que sus enseñanzas, ejemplo y legado trascenderían en el tiempo y lo conviertan en un verdadero ejemplo para generaciones actuales y futuras de compatriotas.
La vasta trayectoria como Funcionario Público en los distintos cargos desempeñados en los ámbitos del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo de nuestro homenajeado, han tenido notoria gravitación y han formado parte de importantes hechos de la historia política argentina de los últimos cuarenta años de vida política de la República Argentina
La figura del Dr. Alberto Biagosch, a lo largo de la historia argentina contemporánea, merece ser recordada y resaltada en estas palabras de homenaje, siguiendo la enseñanza que nos transmite Cervantes, cuando en el Quijote (I. IX) nos dice: “… historia, emula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de sopor venir…”
Debemos para ello hacer memoria, teniendo en cuenta también, otra de las enseñanzas del sabio Martín Fierro cuando destaca que:
Es la memoria un gran don,
calidá muy meritoria;
Y aquellos que en esta historia
Sospechen que les doy palo,
sepan que olvidar lo malo
también es tener memoria.
Por lo tanto queremos iniciar su actuación más que destacada en distintos organismos estatales argentinos, aclarando que la mención que podamos efectuar sobre algunos oscuros personajes o etapas históricas antagónicamente enfrentadas con la actuación, elevado pensamiento y superiores ideales de Alberto Biagosch en defensa y resguardo de las Instituciones de la República, de la Constitución Nacional o en los Altos Intereses de su Patria, pueden aparecer en estas palabras. No obstante ello deben también ser analizados como la simple descripción objetiva de algún personaje enfrentado con el Asesor y Consultor más sabio, e inteligente que diera el Estudio Biagosch a su País, que mi padre defendió en su vida terrena o a alguna etapa en la cual las banderas por las que toda su vida luchó con denuedo y enjundiosamente, se vieron en peligro.
Tal como decíamos renglones más arriba, resulta casi imposible o, -cuanto menos- altamente dificultoso, poder escindir en estas palabras el plano estrictamente objetivo de la valoración subjetiva que nos merece la obra del Dr. Alberto Biagosch, mi padre. No obstante ello vamos a dejar de lado en este acotado comentario la valoración cuanti y cualitativamente objetiva, para poder adentrarnos en ciertos aspectos que, -como hijo agradecido al Padre de los Cielos por el padre que me regaló en vida- no puedo dejar de compartir con los lectores en homenaje a su legado e inmensa hombría de bien.
Hecha esta aclaración corresponde señalar que surgen las enseñanzas cervanteanas antes indicadas, porque su vida pública y su actuación como Funcionario del Estado Nacional Argentino han sido y siguen siendo depósito de muchas acciones políticas argentinas de las últimas décadas, son testigo de lo pasado en nuestro país en igual período histórico y perfectamente constituyen y quedan convertidas en avisos de lo presente y pueden servir como advertencias de lo porvenir.
Los mismos comprenden inicialmente el hecho de haber sido Funcionario del Primer Ministerio de Defensa en el año 1959,[3] es decir a poco tiempo de su creación como Ministerio bajo la Presidencia del Dr. Arturo Frondizi y a cargo del Dr. Gabriel Del Mazo, ambos contemporáneos, compañeros de ideales reformistas, amigos y en parte discípulos del Dr. Emilio Biagosch, uno de los fundadores del Estudio.
Fue en la Presidencia de aquel gran Estadista argentino, Dr. Arturo Frondizi cuando se convirtió en Ministerio de Defensa y fue designado primer Ministro de Defensa el Dr. Gabriel Del Mazo, compañero de ideales y luchas estudiantiles en la Reforma Universitaria del año 1918, además de amigo de mi abuelo, Dr. Emilio Biagosch.
Quedan comprendidos también dentro de la vida pública del Dr. Alberto Biagosch su condición de Funcionario del Ministerio de Economía, cuando con 39 años fue Director Ejecutivo de la “Corporación de Empresas Nacionales”, habiendo alcanzado la misma, con él como Director, el grado de holding empresario Nº 15 del mundo capitalista de entonces, de Funcionario del Senado de la Nación, y también Secretario de Vivienda de la Nación en la época en que la enfermedad del cólera amenazaba a poblaciones aborígenes del norte de nuestro país y él, gracias a su privilegiada inteligencia, capacidad de trabajo y dedicación patriótica, mucho contribuyó para impedir su propagación.
Como Funcionario del Ministerio de Defensa desde la Presidencia del Dr. Arturo Frondizi, tanto como Director de la Corporación de Empresas Nacionales o bien como Secretario de Vivienda de la Nación, es donde podemos transitar los aspectos más destacados de su fecunda actuación en la vida política argentina de los últimos cuarenta años, de su pensamiento, obra y legado que, -siguiendo principios esenciales del cristianismo-, siempre puso al servicio de la ayuda al prójimo, del bien común y del bienestar general de su País y de sus compatriotas.
Esto irá siendo analizado con mayor detenimiento a lo largo de estas páginas, no obstante lo cual, si efectuamos en estas palabras una sintética enumeración de sus cargos y actividades más sobresalientes, debemos decir que en su carrera en el Ministerio de Defensa llegó a ser Subdirector y luego Director de Presupuesto en una etapa de gran desarrollo y fuerte impacto de la industria argentina en nuestro país y en el mundo como lo testimonia el hecho de que por entonces nuestro país -entre otras cosas- fabricaba y vendía vehículos de guerra (Jeeps marca IKA) a los Estados Unidos de Norteamérica que se encontraba disputando la guerra de Vietnam.
Posteriormente fue Director de IME (Industrias Mecánicas del Estado), Coautor –entre otras- de las leyes de Creación de la “Corporación para el Desarrollo de la Pequeña y Mediana Empresa” y de la “Corporación de Empresas Nacionales” (CEN).
De esta última, -que llego a ser Director Ejecutivo con sólo 39 años de edad gracias a su privilegiada mente, a su inquebrantable capacidad de trabajo y a su importante experiencia adquirida en su paso por el Ministerio Defensa-, hemos dicho anteriormente que efectivamente llegó a ser considerada en el mundo occidental capitalista de entonces el holding empresario número 15 del ranking mundial medido por el volumen de ventas de bienes y servicios.
Esta entidad creada por ley del Congreso Nacional tenía la función esencial de administrar las -hasta entonces- empresas del Estado Argentino que comprendía a Aerolíneas Argentinas, ELMA, Gas del Estado, Obras Sanitarias de la Nación, Ferrocarriles Argentinos, YPF y las Empresas energéticas, entre otras.
Efectivamente, la ley 20.558 sancionada por el Congreso de al Nación y promulgada el 30 de noviembre de 1973 por el Poder Ejecutivo creó este organismo estatal, ubicado funcionalmente en la órbita del Ministerio de Economía.
A través de ella se concentró la conducción superior y el control de las empresas públicas argentinas y de las sociedades en las que el Estado participaba como accionista mayoritario.[4]
Ver Biagosch Facundo Alberto en “Necesaria reafirmación de la importancia esencial de la fiscalización estatal de las sociedades anónimas en general y particularmente de aquellas concesionarias de servicios públicos”. Ponencia presentada al IX Congreso Argentino de Derecho Societario y V Congreso Iberoamericano de Derecho Societario y de la Empresa. Tucumán 22 al 25 de septiembre de 2004. Tomo I. Imprenta Lux .S. A. 2004.
También hemos señalado que cobra una importancia digna de ser destacada la situación de aquella “época de oro” de la economía argentina, dada por los importantísimos logros y gran prosperidad macroeconómicos alcanzados por la empresa pública argentina como manifestación de la participación directa del Estado en la economía que permitió que el grupo empresario constituido por las Empresas del Estado Argentino en los primeros años de la década de los setenta se ubicara en el puesto número 15 del ranking mundial, según el nivel de ventas de bienes y servicios.
A ello agregamos en esta instancia de merecido y sincero homenaje, que -gracias a su formación jurídica y económica- fue Alberto Biagosch no solamente el artífice de poner a la Argentina dentro de los primeros países del mundo empresario como Director Ejecutivo de la Corporación, sino también fue uno de sus mentores e ideólogos junto a su entrañable amigo, el por entonces Ministro de Economía José Ber Gelbard.
Como Director ejecutivo de dicha Corporación honró su cargo luego de su designación que por Decreto efectuara el entonces Presidente Tte. General Juan Domingo Perón[5] en el año 1974, es donde mejor se dimensiona su grandeza de espíritu y capacidad intelectual.
Ello así, dado que fue allí donde mejor dejó y quedó plasmada su actividad en defensa de los elevados intereses nacionales, de la grandeza de la economía y su alta capacidad de gestión, de trabajo, de administración empresaria y jurídico política, puestas al servicio de la comunidad argentina en general, es decir coadyuvando con el bien común y promoviendo el bienestar general del que nos habla el Preámbulo de nuestra Constitución Nacional.
Quedaron como corolario y legado al País de su esencial función e importante administración en procura de mejorar los intereses económicos, la vida y el bienestar general de los argentinos, el equipamiento de las empresas que administraba con la más alta tecnología de entonces en el mundo. Claro ejemplo de ello fue la compra para aquella Empresa que era un verdadero orgullo nacional cuando los argentinos volábamos en los aviones de nuestra aerolínea de bandera con verdadero honor de argentinos, como se hacía por entonces en las mejores empresas áreas del mundo, del primer avión boeing 747 por parte de Aerolíneas Argentinas que el golpe militar retrasó arbitrariamente para su incorporación a la flota tres años después.
Otro claro y -en este caso- “malogrado “ ejemplo de su gestión y capacidad de visión geopolítica al servicio de la grandeza de la Nación Argentina, fue la adquisición por parte de YPF de la plataforma submarina denominada “General Moscóni” que había sido adquirida para ser la primera plataforma para extraer petróleo crudo del mar con la que habría contado nuestro País hace ya más de treinta años de no ser por la torpeza, inoperancia y falta de rumbo geopolítico que caracterizaron a aquel nefasto Ministro de Economía del período histórico y más negra etapa de la economía argentina, cuya política económica fuera torpe y vilmente impuesta el 2 de abril de 1976.
Producido el Golpe Militar del 24 de marzo de 1976 que dio lugar al advenimiento del llamado “Proceso de Reorganización Nacional”, Alberto Biagosch, debió renunciar a su cargo de Director de la Confederación Industrial Nacional Argentina, (CINA)[6] y volver al Estudio y de esa forma volcar y desplegar su enorme capacidad al sector privado donde desarrolló importantes actividades como empresario, como asesor y consultor de las empresas más importantes del País.
No obstante a haber tenido que volcarse y pasar forzosamente de la dirigencia política al Estudio y al sector empresario privado de entonces, lejos de dejarse vencer por la adversidad ante la barbarie desatada y las atrocidades cometidas por las Fuerzas Armadas que asaltaron el Poder para –entre otras cosas- poder implementar la peor política economía para la economía e intereses argentinos que aplicó aquel desorbitado e ignorante Ministro de Economía de facto-, nuestro homenajeado agudizó su inteligencia y enorme templanza, para -con la prudencia que las circunstancias exigían-, continuar –además- luchando por sus ideales, por su pensamiento, obra e ideas jurídico políticas en resguardo de los Altos Intereses Nacionales y de las Instituciones de la República que, como ejemplo a ser continuado por las generaciones venideras, merece ser remarcado.[7]
En esta nefasta etapa para las Instituciones de la República y la economía argentinas, debió enfrentarse con un adversario infinitamente menor desde el punto de vista intelectual, cuyo poder reposaba y se fundamentaba en las armas de las Honorables Fuerzas Armadas Argentinas al servicio de la política económica de aquel.
Fue este personaje nefasto de la historia argentina, quien movido por un desenfrenado rencor e incontrolable resentimiento, debió acudir a sus aliados de las Fuerzas Armadas para intentar destruir la empresa pública argentina.
Lejos de ser este dato, una manifestación subjetiva de la interpretación de estos hechos, en realidad estamos ante una irrefutable realidad que se nos presenta como una verdad histórica de nuestra historia reciente.
La misma se dio objetivamente de esa forma, dado que una ley dictada por la Junta de Comandantes que se había atribuido de manera delictiva[8] la función de Poder Legislativo, suprimió por solicitud y maniobras de lobby personales y de allegados a aquel ministro quien, -en un acto de gran torpeza y nula capacidad geopolítica- logró influir de manera tal en aquellos torpes uniformados argentinos, quienes no supieron, no quisieron o no pudieron dejar de oír los reclamos de aquel e hicieron caso y actuaron sin advertir ni tan siquiera imaginar el irreparable y -prácticamente imperdonable por el Padre de los Cielos-[9] daño geopolítico y económico que estaban provocando con ello a generaciones ya pasadas y futuras de argentinos.
Para el Dr. Alberto Biagosch, la llamada ley 21.800 impulsada por aquel tristemente recordado ministro de facto dictada para disolver la Corporación de Empresas Nacionales era considerada una verdadera “perla legislativa”.
Sin proponérselo, pero efectivamente haciendo gala de un singular manejo de una fina ironía, fundamentaba claramente este calificativo mi padre, cuando rememoraba que el primer considerando de esa ley textualmente dijo: “… Por múltiples motivos que no es del caso señalar, la entidad creada por la ley mencionada precedentemente no pudo cumplir los objetivos que se tuvieron presentes en el momento de su creación”.
Por ello, nosotros bien podemos decir luego de haber transcurrido más de tres décadas desde entonces, que José Alfredo Martínez de Hoz, con una -hasta entonces- desconocida en la Argentina- impunidad, torpeza y nula capacidad de análisis geopolítico de la economía argentina, disolvió en un acto difícilmente perdonable por el Padre de los Cielos, el holding empresario número 15 del mundo por “.motivos que no es del caso señalar….” (sic) Los comentarios huelgan.[10]
Si bien también es cierto que no podemos introducirnos a indagar ni conocer los móviles que internamente determinaron ni llevaron a este accionar tan perjudicial para su país, dado que los mismos los ubicamos dentro de las acciones privadas de los hombres las que, -por aplicación del principio de reserva institucionalizado en el derecho argentino en el artículo 19 de la Constitución Nacional quedan sólo reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los magistrados, no podemos soslayar señalar que no es ajeno a aquel proceder del mencionado ministro el sistemático resentimiento para con los intereses y logros de la economía argentinos que inspiraron gran parte de su desenfrenado proceder frente a la Economía Argentina que nunca pudo defender ni hacer valer desde la Cátedra, como tampoco lo pudo hacer nunca en ámbitos académicos ni de debate científico alguno, ni en las urnas con los votos de la ciudadanía.
De la actuación de mi padre durante el gobierno militar que asoló nuestra Patria en el período 1976/1983, viene al caso resaltar que además de sus dotes de verdadero estadista, manifestados y puestos al servicio de la institucionalidad del país y de los intereses nacionales en plena dictadura, también se destaca en él, su activa militancia política y su labor académica durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional en defensa de la vida de amigos y compatriotas suyos, de la economía y del Empresariado argentinos.
Ello así, dado que en primer lugar, el Dr. Alberto Biagosch, junto a su amigo y compañero de militancia, luchas y actividades políticas Dr. Alberto González Arzac fue el redactor del Documento presentado en el año 1979 a la delegación de la OEA. referido a la desaparición de personas en la Argentina durante el Gobierno Militar y le tocó cumplir con gran valentía la -triste y difícil- tarea de acompañar a varias mujeres y familias de argentinos conocidos y/o amigos suyos, detenidos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional en aquella época.
Alberto Biagosch, además, fue uno de los primeros políticos peronistas que en aquellos difíciles momentos de incertidumbre se puso a disposición y acompañó a la entonces Sra. Anita de Cafiero (+) cuando –el entonces- Ex Ministro Antonio Cafiero se encontraba detenido a disposición del Poder Ejecutivo Nacional.
También recuerdo como durante los días sábados a la mañana del mes de marzo y subsiguientes del año 1977, lo acompañaba en el auto a una vieja casona de la calle Lafinur en el barrio de Palermo donde según -hasta por entonces entendía- mi padre mantenía reuniones en el Escritorio de un amigo suyo. Pasado el tiempo, mi padre relató que en realidad mientras lo aguardaba en el auto, el visitaba, consolaba y acompañaba a la mujer de su amigo, que antes del golpe de estado de 1976 fuera Secretario de la Presidencia de Juan Domingo Perón, el Dr. Gustavo Caraballo, quien por aquellos momentos también se encontraba detenido a disposición del Poder Ejecutivo Nacional mientras era sometido a tormentos y torturas.[11]
En aquellos años, por este caso y el de decenas de miles de argentinos en igual situación, Alberto Biagosch, sabía perfectamente que lamentablemente ello sucedía como parte de una situación global de desprecio por los derechos individuales que en modo alguno era enfrentada con decisión por el Poder Judicial, que sólo por excepción argüía, y tímidamente, su deber de merituar la proporcionalidad de la orden de arresto en relación a los fines tenidos en cuenta al dictarse el estado de sitio, así como la duración y modalidades de la detención en orden a impedir la aplicación de penas o condenas sin juicio previo. La realidad revela, a treinta años desde entonces, que durante e1976/1983 solamente en un caso se obtuvo por decisión judicial la libertad de una persona arrestada a disposición del Poder Ejecutivo Nacional y el lamentable saldo de decenas de miles de compatriotas desaparecidos sin juicio previo ni condena penal alguna.
Viene a mi mente el recuerdo de cómo acompañó y celebró con un grupo de amigos de entonces, estrechamente vinculados con la conducción de la Confederación General Económica de la República Argentina (CGE) la liberación en plena dictadura de un antiguo dirigente de esta entidad y compañero de luchas suyo, Jorge García Falcó.
Su relación con la CGE fue de larga data y se vio fortalecida cuando su amigo Jose Ber Gelbard fue Presidente de la misma en los años 1973/74. A partir de considerar sus antecedentes, la Confederación General Económica de la República Argentina en el Acto del Día del Empresario Nacional, del 16 de agostote 2006 entregó a mi padre una “Distinción Especial” en reconocimiento por los servicios prestados a dicha Institución y al País y su permanente compromiso con los intereses del Empresariado Pyme. Nacional. (Por razones de fuerza mayor originadas en su –ya por entonces- deteriorada salud no pudo concurrir al cacto de entrega de premios programado para ese día. Por tal motivo fue que debimos recibirlo nosotros lo que constituyó un verdadero privilegio y honor por el que damos gracias a Dios!
Además de todo ello, también durante aquella negra etapa de la historia argentina sería cofundador y luego Secretario del Centro de Debate Académico Jurídico y Económico más importante del país que fue el “Foro de la Empresa Nacional”.
En este ámbito de debate académico se organizó en el mes de septiembre de 1979 el “Ciclo de Capacitación Permanente”, dentro del cual se dictó el curso que se denominó “La Empresa Privada Nacional y su Contexto” en el que participaron como expositores, además de destacados políticos, los más grandes pensadores, juristas y economistas argentinos de aquellos años, a quienes tuve el enorme privilegio de conocer en esa época.[12] Dentro de ellos podemos citar a los Doctores Julio Oyhanarte, Aldo Ferrer, Augusto Conte Mc Donell, Antonio Troccoli, Italo Luder, José Miguens, Emilio Mignone Antonio Salonia, Humberto Volando, Enrique García Vazquez, Carlos Floria.
Como podrá apreciarse entonces, la vastedad de su obra y de su legado ha tornado necesario que debamos hacer una suerte de selección para que el lector pueda conocer, rememorar y así analizar la trayectoria de este gran hombre.
Reestablecida la democracia en nuestro país en el año 1983 comenzó a ejercer funciones en el Senado de la Nación habiendo llegado incluso a ser el Secretario de la Comisión de Presupuesto y Hacienda donde pudo volcar todos sus conocimientos jurídicos, económicos y contables que había adquirido desde muy joven a lo largo de su dilatada actuación.
Años más adelante fue requerido por el entonces Interventor Federal en la Provincia de Tucumán, Dr. Julio César Aráoz para que lo acompañara en dicha gestión donde desarrolló importantísimas funciones de asesoramiento de gobierno en general y en materia de legislación -en particular-, dentro de la cual pueden mencionarse los Códigos Provinciales.
Fue posteriormente, en el año 1992, Secretario de Vivienda de la Nación donde puso en marcha un muy importante “Plan Federal de Vivienda” y puso de manifiesto la importancia de solucionar el problema habitacional de los sectores más carenciados del NOA. y del NOE argentinos, pero no como una cuestión intrascendente de comodidades, ni referidas solamente a cuestiones confort. Por el contrario logró a partir de su condición de estadista, poner en el justo medio la cuestión habitacional como un problema sociopolítico vital a resolver ante la gravedad de los hechos en épocas en que la enfermedad del cólera amenazaba a poblaciones enteras de compatriotas nuestros.
El logró, hacer prevalecer su posición iusfilosófica, luego de una encendida lucha y confrontación de ideas con el entonces Ministro de Economía, para dejar sentada y hacer prevalecer la idea en la Argentina de entonces, según la cual la vivienda digna debía más bien ser vista y entendida como un derecho de los habitantes de este suelo.
Manifestaba aquel pensamiento su concepción aristotélico tomista sobre lo que entendía que hacía al bien común de los argentinos y al bienestar general del que nos habla el Preámbulo de la Constitución Nacional.
Aplicando al caso concreto alguna de las enseñanzas del Dr. Alfonso Santiago (h), bien podemos decir que mi padre consideraba que la vivienda digna de todo argentino, hace a la dignidad de la persona humana, que es una realidad metafísica y un principio ético que trasciende al derecho. Por ello es que entendía que requería ser reconocida como tal por el sistema institucional jurídico para que por su intermedio reciba plena protección y se imponga la obligatoriedad a su respeto, tanto por parte de la autoridad estatal como de todas las demás personas y grupos sociales. Y ello así, porque, tal como tiene dicho el Alfonso Santiago (h) quien conoció el pensamiento de nuestro homenajeado, “El derecho hace propia la dignidad de la persona humana que por tener fundamento religioso y ético la trasciende y utiliza todos sus instrumentos al servicio de esta realidad.”[13]
Alberto Biagosch cuando en el ejercicio de su cargo de Secretario de Vivienda de la Nación conoció el estado de necesidad a una vivienda digna de miles de compatriotas suyos, puso al servicio de ellos a través de la Secretaría que el presidía, todos los recursos, su capacidad de trabajo y políticas de estado para coadyuvar con la dignidad de estas personas a partir de la consideración que ellas le merecían.
Además el derecho a la vivienda digna de sus compatriotas más carenciados de zonas muy pobres de nuestro País, era concebido por él, a partir de interpretarlo como un derecho natural que la ley debía reconocer y el Estado garantizar a partir de una manifestación del derecho a la vivienda que consagraba el viejo artículo 37 de la Constitución Nacional sancionada en el año 1949 de la que fue en vida un estudioso y defensor a partir de la admiración intelectual que siempre le despertó la obra y figura del más grande -e injustamente olvidado y denostado por el antiperonismo- jurista y pensador argentino que fue el Dr. Arturo Enrique Sampay, a quien el consideraba como uno de los más importantes juristas y pensadores que ha dado nuestro país en toda su historia.
Otra de sus facetas y legados que como funcionario Público dejó a su País, fue en el ejercicio de su función de Jefe de Gabinete de Asesores de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR) en los años 1997/1999.
Fue en esta Secretaría de Estado donde sus dotes de verdadero estadista comprometido con su país, lograron sobreponerse a las cuestiones y diferencias personales para elevar su intelecto y descubrir en la Argentina dos temas que lo preocuparon y le demandaron buena parte de su tiempo y la mayor parte de sus funciones en la SEDRONAR.: el lavado de dinero y la compleja temática de los Precursores Químicos.
Fechado el 30 de octubre de 1997, en su calidad de Jefe de Gabinete de SEDRONAR, Alberto Biagosch suscribió, luego de una enjundiosa elaboración un Informe dirigido al Secretario de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico, sobre el “Registro y Control de Precursores Químicos. Decretos del Poder Ejecutivo Nacional 2.064/91, 1.095/96 y 1.168/96”, que puede ser analizado en esta página.
Además de ello, seguramente su legado más importante al País en su paso por esta Secretaría de Estado ha sido haber sido el impulsor, principal mentor y corrector del primer Proyecto de Ley de Blanqueo de Dinero Proveniente de Ilícitos que sería el antecedente directo de la actual Ley de Encubrimiento y Lavado de Activos Nro. 25.246, que fuera sancionada el 13 de abril de 2000 y promulgada el 5 de mayo de 2000.
Luego de haber obtenido el triunfo electoral en el año 1999 la Alianza, es decir bajo el tristemente recordado gobierno del –renunciante- Presidente Fernando de la Rúa, continuó con sus funciones en el Senado de la Nación desde donde contemplaba sin poder ejecutar acto político alguno el derrumbe institucional, político y económico del País.
Sin embargo debió una vez más, agudizar su privilegiado intelecto para evitar la comisión de un atropello del gobierno constitucional que encabezaba Fernando De la Rúa. Esta administración y el entonces Secretario de Cultura, Sr. Lopèrfido intentaron vanamente desnacionalizar por Decreto el “Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas”.
En vano resultaron los -enfermizos cercanos a la histeria- esfuerzos perpetrados por los mencionados para desnacionalizar por Decreto del Poder Ejecutivo esta importante institución de la República que ya -para entonces- contaba con casi medio siglo de ininterrumpida existencia y actuación en nuestro País, para el cumplimiento del objeto de bien común que oportunamente le mereció la concesión de personería jurídica y autorización para funcionar como persona jurídica.
Desde las más negras épocas de la Dictadura que el Poder Ejecutivo, -de iure en este caso- no intentaba entrometerse en una entidad civil sin fines de lucro, ni menos aún intentaba modificar el status jurídico de una entidad de este tipo por un decreto del Poder Ejecutivo.
Fue por ello que -tal como han reconocido las autoridades de esta entidad- existe un compromiso de mantener vivo el recuerdo por quien contribuyó decididamente a la permanencia institucional del Instituto Nacional, contribuyendo a la sanción de la ley 25.529.[14]
Esta ley sancionada el 27 de noviembre de 2001 y promulgada de hecho el 7 de enero de 2002 fue sancionada por unanimidad de ambas Cámaras y establece los siguientes:
ARTICULO 1º- El Instituto Nacional de Investigaciones históricas Juan Manuel de Rosas continuará funcionando con la estructura y misiones normadas por los decretos del Poder ejecutivo Nacional Nos.26 y 940/97.
ARTICULO 2º- Facúltase al Poder Ejecutivo nacional a realizar las compensaciones presupuestarias necesarias para el cumplimiento de la presente ley dentro del total de los créditos vigentes para la Administración Pública Nacional.
ARTICULO 3º- Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.
Producida la catástrofe económica, jurídica y política que quebrantó la paz social de los argentinos y estuvo al borde de desatar la guerra civil en nuestro País en el año 2001, Alberto Biagosch una vez más desplegó todo su talento jurídico político, su inteligencia superior y su inquebrantable amor a las Instituciones de la República Argentina, para –sin buscarlo- convertirse en uno de los artífices del resurgimiento de la economía argentina y de la salida de la debacle jurídica e institucional en que nos encontrábamos.
Como dirigente político del peronismo fue uno de los encargados de auspiciar la designación de un antiguo compañero, Ex socio en la actividad privada y –por atra parte- plenamente identificado con las mismas ideas y escuela económica el Ex Ministro de Economía de la Nación, Lic. Roberto Lavagna.
Como seguidor de la escuela económica nacional, fue aquel, una vez designado Ministro por el entonces Presidente Eduardo Duhalde, quien -aplicando las ideas macro y microeconómicas de aquella escuela-, inició los avances económicos, contrariaos a los falsos –y de nula fundamentación científica y de dudosa intencionalidad- “augurios alarmistas” de algunos, que permitieron la recuperación, crecimiento y desarrollo de la economía argentina en general y del sector financiero en particular, luego de haber podido sobrellevar y superar la tremenda crisis política, económica y financiera por la que nos tocó atravesar a todos los argentinos en diciembre de 2001. Los aciertos de aquella política económica en la Republica Argentina han permitido un crecimiento sostenido, demostrándose -de tal forma- la correcta senda y exitoso modelo “industrial exportador” fundamentado en la política cambiaria que la Argentina nunca debió haber dejado atrás, pero, felizmente, para nuestra posteridad y los intereses de la Nación Argentina, nuestro País ha podido reencausar su senda de crecimiento y de desarrollo sostenido, abandonada en la última década, lo que –a su vez- ha permitido reducir los altísimos índices de pobreza, de desempleo, marginalidad y miseria de los argentinos.[15]
Además entonces, de coadyuvar y participar directamente con poner a la economía en su quicio de esta forma, también lo hizo con dos hechos jurídico políticos que hasta el día de hoy siguen presentes en la Argentina económicamente recuperada.
El primer de el primero fue el “Informe de la Comisión de Renegociación de Contratos y Obras y de Servicios Públicos” y el Segundo el Informe de la Comisión de Fiscalización de Entidades Financieras.
Además de poder analizar fundamentalmente estas dos últimas verdaderas “piezas jurídicas”, dotadas de una influencia política que llega a nuestros días y continuarán en el tiempo, también hemos hecho referencia en estas palabras de homenaje al relato de hechos históricos de los últimos cuarenta años de nuestro país en los que el Dr. Alberto Biagosch ha gravitado de manera trascendental y ha participado directa y/o indirectamente. Dado que estos hechos lo trascienden y testimonian la gran influencia de mi padre en los mismos, correspondía como obligación moral, ser relatados, aunque sin la extensión necesaria en este medio, como un sincero y adeudado homenaje para quien en vida fuera uno de los últimos grandes Patriotas y hombres más destacables de la política argentina. |